La Universidad Pública de Navarra creó en 1998 el Premio Internacional Jaime Brunet a la promoción de los Derechos Humanos. En 2015 este galardón se concedió a Thelma Esperanza. El lunes 21 de marzo fue invitada a dar una conferencia en el Planetario.
Thelma Aldana Esperanza, ha sido magistrada de la Corte Suprema de Justicia, desde donde impulsó la creación de una jurisdicción especializada en delitos de feminicidio y otras formas de violencia contra la mujer (violencia sexual, explotación y trata de personas).
Actualmente dirige el Ministerio Público, desde donde potencia tres actuaciones:
- la protección de pueblos indígenas, menores y mujeres,
- la investigación de casos de asesinatos y desapariciones de la Guerra Civil y
- el desmantelamiento de redes de corrupción que llevaron a la destitución del expresidente Otto Pérez Molina.
Durante una hora hizo un recorrido por distintas causas que ha promovido desde la institución que dirige, algunas de ellas están todavía en proceso. Se detuvo en la descripción de algunos procesos judiciales especialmente significativos, desde los primeros juicios por violencia de género, hasta la gestión del caso de corrupción en las más altas instancias que llevó a la destitución del expresidente Otto Pérez Molina.
Este proceso marcó un antes y un después en la sociedad guatemalteca, un dato revelador son las ocho semanas continuas de manifestaciones pacificas en contra de la clase política y la corrupción, implicando a 20 departamentos del Estado. A partir de aquí se estableció en la sociedad un sentimiento de tolerancia 0 contra la corrupción. La implicación del tejido social del país está muy lejos de alcanzar este compromiso en los casos de feminicidio.
Quiero compartir algunas ideas a modo de esquema extraídas de su conferencia:
- en 2008 entra en vigor la ley contra el feminicidio, una ley que ha sido denunciada por algunos profesionales de la abogacía por inconstitucional con el argumento de que ¡es contraria a los mandatos bíblicos!
- Amnistía Internacional señaló que la diferencia entre los asesinatos de hombres y de mujeres estriba en el sufrimiento que se infringe antes de la muerte a estas últimas (violaciones, mutilación, tortura…)
- Impulsar la Justicia especializada (tribunales específicos para casos de feminicidio) permite, entre otras cosas, que no se releguen estos casos priorizando otros. Pese a que el año pasado, siguiendo fuentes de la fiscalía nacional, al menos 846 mujeres fueron asesinadas en una población de poco más de 15 millones –tercer puesto en el ranking mundial-, la implicación del tejido social del país contras los delitos de feminicidio y otras violencias contra las mujeres es todavía muy baja.
- Un informe de la ONU afirmó que el abuso sexual había sido generalizado y sistemático durante la guerra Civil. Se estima que un 25% de las víctimas (al rededor de 50.000) fueron mujeres. Thelma Esperanza ilustró también un terrible ejemplo de estos crímenes.
- Comentó también la creación de unidades especializadas para pueblos indígenas, así como el papel fundamental de estas comunidades en la intervención de los casos de violencia de género, llegando a desarrollar labores de protección.
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