El pasado viernes 18 de Octubre, participamos de la conferencia de MªJosé Barral titulada “análisis crítico del discurso científico sobre hombres y mujeres”. El tema versó sobre esto:
Las ciencias biomédicas se han dedicado, por una parte, a destacar las diferencias entre la especie humana y el resto de las especies, y por otra, a destacar las diferencias, dentro de la especie humana, entre mujeres y hombres, blancos y negros,homosexuales y heterosexuales, describiendo y presentando visualmente un “modelo universal” de ser humano que tiene como características ser del sexo masculino, de la raza blanca y heterosexual, este modelo, minoritario en el planeta, además, ha sido considerado el culmen de la evolucióny esta basado en el binomio “cromosoma Y – hormona testosterona”. Sobre ese modelo se ha basado el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de enfermedades, provocando desigualdades con repercusiones clínicas.
Ahí van algunas de las ideas que desarrolló:
- El cerebro es plástico, flexible, se modifica y se adapta con los estímulos recibidos. Se expresan algunas características y otras no. A lo largo de la vida los cambios son muy significativos. Hay 3 elementos que influyen: genética, hormonas y el contexto socio-cultural.
- Las diferencias genéticas entre miembros de la especie humana son del 0’1%.
- Comenzó explicando características y funciones de las neuronas y las células glias, que son las encargadas de nutrir a las neuronas.
- Comentó también la denominación “científica” de ambos hemisferios, una denominación que como el resto de la ciencia no está exenta de prejuicios, no es objetiva ni neutra. Se utilizan términos, ya obsoletos; así, al hemisferio izquierdo se le nombra parlante, y racional, se ubican los aspectos nuevos, al derecho mudo, manipulador, musical y emocional, es donde se sitúan los recuerdos. La ciencia manifiesta que en las mujeres ambos hemisferios están interconectados. Más adelante Barral cuestionará las categorías “femenino” y “masculino”. Siendo que se convierte en objeto de estudio aquellas premisas previas que se quieren confirmar, los sesgos existen previamente y determinan la metodología de la investigación, la elección de unos animales y no otros sobre los que se va investigar el comportamiento, etc.
- Los manuales actuales en los que las y los futuros profesionales de la medicina estudian conviven todavía hoy ideas contrastadas junto con otras como son que al cerebro masculino le corresponde una mayor evolución, al estar más lateralizado (utilizando el hemisferio izquierdo que es “superior”) o sea, con menor conexión entre ambos hemisferios, lo que “supone” una mayor especialización. Por contra el cerebro “femenino” es “por defecto”, menos especializado, menos evolucionado, inferior, entre el cerebro infantil el masculino.
- Uno de los muchos ejemplos de los sesgos que expuso Barral durante la ponencia se refiere a la elección en la comparativa de los estudios de los cerebros. Como dijo en su presentación, la ciencia ha tratado de diferenciar entre especies, y dentro de la humana, en crear categorías diferenciadoras. En este sentido, destaca que se comparan grupos étnicos como ‘blancos’ y ‘negros’, absteniéndose de comparar ‘blancos’ con asiáticos. En esta comparativa los ‘blancos’ salen perdiendo.
- Una pregunta interesante es quién marca las líneas de investigación. Lo cierto es que las revistas donde se publican cotizan en bolsa, y las líneas están determinadas por las ventas. Lo que “vende” son las diferencias. Cuando en una investigación el resultado es que no hay diferencias, se ‘lee’ como si no ésta hubiera concluido nada. Tan reveladoras son las diferencias como las semejanzas
- Algunos recursos que utilizan discursos científicos para ‘demostrar’ neutralidad:
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- se utiliza el lenguaje impersonal (no hay seres humanos detrás) “los resultados afirman…”
- Normativizar, lo “normal” no es nunca lo natural, sólo es un dato estadístico. La biología e infinitamente diversa. Cada cerebro es único e irrepetible. Normal no es sinónimo de salud.
- Las muestras se escogen con el fin de que corroboren aquello que se quiere ‘demostrar’
- Se generalizan los resultados a partir de muestras de 19 hombres o 19 mujeres.
- Los planteamientos de estudio son sesgados. Ejemplo donde se da a escoger a bebés de chimpancé de ambos sexos juguetes de “chicos y de chicas”.
- No siempre hace falta realizar estudios diferenciales, esto, es una consecuencia de los prejuicios con que se abordan las investigaciones. Si se hacen deben estar libres de sesgos.
- Apenas existen estudios acerca de interacción entre normas sociales y niveles hormonales. Los resultados obtenidos cuando se han realizado indican que los cerebros se ‘feminizan’ o ‘masculinizan’ ante distintos estímulos. Aquí citó un estudio que se está replicando en diversos países. Se tomaron muestras salivares en búsqueda de niveles de testosterona en hombres sin criaturas, hombres con hijas e hijos pero que no cuidaban y en hombres cuidadores de su prole. En ésto últimos los niveles de testosterona descienden.
- Existen también sesgos en la interpretación de los resultados, que se ofrecen a modo de conclusiones. Barral citó el ejemplo de la búsqueda del gen de la homosexualidad, cuando la realidad es que los genes cooperan.
- Barral comentó también la repercusión que estos sesgos tienen en la salud de las mujeres, refiriéndose a la alta mortandad de éstas por enfermedades cardíacas, estando muy extendida la idea de que es una enfermedad de afectación mayoritariamente masculina. En la medida que se ha comenzado a hacer estudios sobre el impacto en el cuerpo de las mujeres estas cifras han disminuido de forma muy muy significativa.
- El 85% de psicofármacos es consumido por mujeres. Sin embargo, se vetan todavía estudios que tienen por objeto este tema, con el fin de invisibilidad las evidencias que hablan de razones sociales para lo que Friedan denominó “los malestares de las mujeres”:
- la falta de credibilidad de las mujeres, su emocionalidad, etc.
- la ignorancia profesional acerca de su sintomatología (síntomas inespecíficos es el cajón de sastre donde se incluyen todos aquello que no responden al modelo normativo: masculino, blanco, heterosexual. “No son inespecíficos, no están en los libros; son específicos, los sentimos en nuestros cuerpos”).
- las condiciones socio-económicas en las que se desarrolla nuestras vidas: sobrecargas, empobrecimiento, falta de apoyaturas, carencias de refuerzos y feed-back positivos, etc.
- Los procesos naturales de la mujeres se entienden como no “naturales” por cuanto se alejan de la referencia ‘superior’ que es la masculina. Por este motivo se medicalizan situaciones vitales como la menstruación (desarrollando fármacos para eliminarla), el parto, la menopausia.
- En las imágenes que ilustran los manuales se pueden encontrar todavía imágenes femeninas para mostrar el aparato circulatorio (asociado a la nutrición) y masculinas en el sistema nervioso central (la razón)
También el público participó de forma muy activa. Estas son algunas de las intervenciones que realizó el público asistente:
- Sobre la falta de perspectiva de género en los planes para abordar las enfermedades crónicas. (Con afectación mayoritaria en mujeres). En este punto Barral citó los estudios de Teresa Ruiz Cantero.
- Imposibilidad de replicar estudios. Estos deben realizarse tres veces con muestras semejantes e igual metodología. Sin embargo, cuando se reproducen en otros lugares, los resultados no coinciden. Además muchas de las investigaciones no cumplen el requisito de haberlo replicado 3 veces.
- La medicación no está ajustada según la estructura corporal, sino según el peso. Barral comentó en este punto la situación que se ha dado en EEUU con miles de mujeres afectadas por los efectos secundarios de la sobremedicación.
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