Espacios de orientación individual, de pareja o familiar: estrategias para el cambio

«Imaginemos un mundo diferente, ¿y si los dragones son simples mariposas observadas con una lente de aumento? En esta imaginaria reordenación de la realidad, los individuos se desprenden de las amarras que los sujetaban a una única manera de ser»

Cloé Madanes «terapia familiar estratégica», Amorrortu editores

Psicóloga argentina, formada en el modelo sistémico en Palo Alto. En la actualidad directora del  Instituto de terapia familiar de Washington.

Promover cambios, darse la oportunidad de ser diferente… ¿sabes aquello de «camina con mis zapatos«? Es un proverbio indio, viene a decir que la empatía, el ponerse en el lugar de la otra persona, nos abre la posibilidad de conocer las circunstancias, las experiencias, los momentos por los que atraviesa, lo que acontece en sus relaciones más importantes y cómo todo esto influye en lo que siente, piensa y hace… «caminar con sus zapatos» significa que bajo las mismas circunstancias, con la mismas vivencias, la misma historia, los mismos afectos y desafectos… yo sentiría, pensaría y haría algo muy muy semejante.

Hay tantos zapatos diferentes como historias de vida

El enfoque sistémico es un modelo terapéutico que centra sus esfuerzos en modificar las circunstancias a través de distintas propuestas. Cuando trabaja con la pareja, o con las familias promueve cambios en todas los miembros, en todas las direcciones. Pero también cuando trabaja con un individuo impulsa cambios en todo el grupo de su sistema de relación más próximo, porque sabemos que cuando una persona cambia no es posible que el resto permanezca igual. Si te relacionas de forma distinta, el resto de personas te verán y se relacionarán contigo de forma diferente también. Es directivo, se te pedirá que se hagas algo diferente en el espacio de orientación o fuera, la acción conduce a una emoción diferente y a un pensamiento diferente, y modifica necesariamente las relaciones.

Ninguna pareja camina con los mismos zapatos.

Es un modelo de trabajo enormemente poderoso. Y ambicioso también.

El trabajo con este modelo se basa en:

• el optimismo: todo se puede resolver, todo se puede cambiar
• la curiosidad: mantiene el interés,  la motivación, la ilusión. Rescata la parte divertida de la vida, el humor; el misterio es enemigo de la rutina y por tanto parte esencial de la creación de algo nuevo y diferente.
• el respeto: no se etiqueta, no se «diagnostica», todo es posible y todo está bien en determinados momentos de la vida. Cuando lo que se hace ya no sirve, simplemente hay que cambiarlo.
• la responsabilidad: si una estrategia no funciona, no pasa nada, a la/el terapeuta toca analizar qué ha pasado y explorar su faceta más creativa para proponer otra.

Deepack Chopra en «el libro de los secretos» dice, «siempre hay un momento en la infancia en que se abre la puerta y se deja entrar al futuro»,

¿y si ese momento existiera a lo largo de toda la vida?

Pasar de la lluvia al calor del sol